«El exceso proteico es una de las causas mayores de la epidemia de obesidad»
Más de cien pediatras vascos de atención primaria actualizaron recientemente en San Sebastián sus conocimientos sobre las urgencias pediátricas. En el encuentro, el catedrático de la UPV/EHU Juan Carlos Vitoria, reconocido gastroenterólogo y experto en temas de nutrición infantil, ofreció una conferencia sobre la importancia de la nutrición en los primeros mil días de vida.
– ¿Por qué los primeros mil días?
– Los tres primeros años son muy importantes porque es cuando se producen los mayores cambios en la alimentación del ser humano. Durante la gestación los nutrientes se toman por el cordón umbilical, al nacer se alimenta con la leche de su madre y a partir de los seis meses empieza a tomar otros alimentos hasta llegar a los tres años, cuando ya se integra en la dieta familiar. En ese periodo hay cambios muy importantes que permiten modular la aparición de enfermedades en la edad adulta, como la alergia y la obesidad.
– ¿El debate entre lactancia materna y las leches artificiales está ya superado?
– Ya no es un debate. La lactancia artificial es el sucedáneo. Está aceptado por todo el mundo que la lactancia materna es la forma de alimentar al recién nacido y así lo ha entendido la gente joven, lo que pasa es que la incorporación de la mujer al trabajo impide muchas veces que se prolongue, como se recomienda, hasta los seis meses como mínimo. A partir de los seis mes, la lactancia puede durar todo el tiempo que quieran la madre y el niño, siempre y cuando se empiecen a ingerir otro tipo de alimentos. Hace 30 años dar el pecho era una cosa casi exótica y ahora el 80-90% de las madres empiezan con la lactancia, aunque a los tres meses la gente lo deja por distintas circunstancias, aunque hay muchas mujeres que llegan a los seis meses y sobrepasan uno, dos o tres años.
– ¿Qué beneficios aporta la lactancia materna?
– Es el alimento biológicamente perfecto para el mamífero humano. Hay estudios sobre su poder de prevención de la alergia, de la leche de vaca y de otro tipo, y también se ha demostrado que cada mes de lactancia materna disminuye un 4% el riesgo de obesidad. Eso es muy importante. La obesidad y la alergia son en parte prevenibles, por lo que hay que alimentarse correctamente.
– ¿La lactancia cada tres horas es ya historia?
-¿Adán y Eva tenían reloj? Poner horario fue una decisión médica sin ninguna base científica que hizo que desapareciera la lactancia materna. Desde que se hace sin horario, se ha incrementado de manera espectacular. Cuando el niño nace la madre le da el pecho a demanda, pero lo cierto es que poco a poco va organizando su vida y los niños van adquiriendo unos ciertos horarios. Eso hay que hacerlo de forma natural, ir buscando normas entre madre e hijo, porque la madre tiene que hacer cosas y no pueda estar con el niño todo el día colgado de la teta.
– Antes se ha referido a las alergias. ¿Por qué hay cada vez más niños alérgicos?
– Probablemente está en relación con la llamada teoría higienista, que dice que cuanto menos infecciones hay o se hace un mayor uso de los antibióticos probablemente la reacción del organismo es contra sí mismo, lo que deriva en fenómenos de alergia y autoinmunidad. No se sabe muy bien a qué se debe, pero lo cierto es que los procesos alérgicos están subiendo de manera espectacular. En pediatría, el más frecuente es la dermatitis atópica. En 1946 afectaba al 5% de los niños, en 1994 a más del 20% y sigue en aumento. Probablemente en estos momentos estaremos por encima del 40-50% de niños con dermatitis atópica. Son cifras muy sorprendentes. La mayoría de las dermatitis son por alergias alimentarias, por leche de vaca.
– ¿Qué consejos nutricionales da para combatirla?
– Primero, la lactancia materna, que protege. Y luego hay una recomendación de la Sociedad Española de Neonatología para utilizar unas fórmulas con sus proteínas parcialmente hidrolizadas para la prevención de la alergia. Aquí se usan, pero depende del pediatra.
-Cada vez se ven más leches de soja, de arroz, de avena… ¿Las recomienda?
– La leche la producen los mamíferos, y ni la soja ni el arroz son leches. La soja no se recomienda bajo ningún concepto a menores de un año, salvo que se tenga una enfermedad rarísima, que es la galactosemia. Las fórmulas de arroz y avena que hay por ahí no son leches, y tienen proteínas de origen vegetal que pueden ser utilizadas durante unos días por una circunstancia concreta, pero no se recomienda su uso como sustitutivo de la leche de la madre o de vaca.
– ¿A qué edad hay que empezar a introducir el gluten?
– Hasta ahora, la Sociedad Europea de Gastroenterología y Nutrición aconsejaba que no antes de los 4 meses ni después de los 7, porque se creía que si se introducía fuera de ese periodo se aumentaba el riesgo de celiaquía en gente en riesgo. Pues este mes se han publicado dos estudios que nos a partir de los 4 meses se puede introducir cuando se quiera. No pasa nada si empiezo a darlo más allá de los 7 meses. Estos trabajos van a cambiar la perspectiva.
– ¿Qué errores comunes ve en la alimentación infantil?
– En un este estudio en menores de tres años se constata que el 96% tiene un exceso de ingesta proteica, hasta cuatro veces más de lo recomendado. Y hay investigaciones que relacionan la ingesta proteica con la obesidad tardía. Por eso hay que insistir a las familias que hay que comer muchas más patatas, alubias, pan, cereales, frutas, hortalizas… Y medio litro de leche o derivados como máximo al día, tampoco hay que tomar muchísima leche. Y pequeñas cantidades de carnes, 20-25 gramos de pollo al día o el equivalente de otra carne es suficiente, por lo que luego no se debe ingerir ni jamón, ni chorizo, ni mortadela… Como mucho, cambiar eso por un huevo de vez en cuando. El problema es que la cena nacional es la tortilla francesa y yogur. El 90% de los niños cenan eso o salchicha y yogur, y al mediodía comen carne o pescado y meriendan bocadillo de jamón. El exceso proteico es una de las causas mayores de obesidad, que es una epidemia con tendencia al alza y uno de los mayores retos de salud pública para el siglo XXI.
– Antes ha citado la tortilla francesa pero ¿qué me dice de los macarrones?
– Que son muy buenos pero no hay que tomarlos todos los días. Las lentejas son muy buenas, y las alubias, las verduras, las frutas… hay que tomar de todo un poco, variado. Ni agua se debe tomar demasiado.
– ¿Los padres son conscientes de la importancia de la alimentación?
– Los niños aprenden a comer lo que ven comer a sus padres, y si estos no hacen una dieta adecuada, los niños comen mal. Cuando vas el sábado al supermercado y ves salir a toda la gente joven con los carros llenos con comida rápida y otro alimentos basura… Es lo que está pasando y la gente tendrá que tomar conciencia que repercute en los hijos y que cuando se hagan adultos pueden tener el hígado graso, diabetes…
– Cuando le dicen ‘el niño no me come’, ¿qué responde?
– En esos primeros tres años los niños se adaptan a los sabores, a las texturas, a los alimentos y a la relación con sus padres en la mesa. A veces una manera de tener a los padres pendientes de ellos es rechazar la comida. Y entonces vienen ‘el niño no me come’ y todos andan detrás de él, o ‘con tal de que el niño coma le doy lo que quiera’. Lo que hay que tener claro es que la cantidad que un niño come la decide el niño, y los padres deciden la calidad, qué come. Y si no quieres comer, pues no comas, y cuando tengas hambre comerás lo que yo te dé, no lo que tú quieras. Lo que ocurre es que con tal de que les deje en paz, o porque tienen que salir, les dan de comer lo que quieran, pero la gente tiene que saber que eso tiene sus consecuencias. El mecanismo de apetito funciona en adultos y también en niños. El niño sabe la cantidad, pero no elegir: eso corresponde a los padres. La mayoría de los niños si se les deja comer la cantidad que ellos quieren y los padres les dan lo que tienen que comer, comen estupendamente. Hay niños que con once mese se comen la fruta a mordiscos. Los niños aprenden viendo lo que hacen los adultos, por eso es bueno que se sienten a la mesa con sus padres.
Fuente: El Diario Vasco
Ane Urdangarin
Fotografía: Fernando Gómez
http://www.diariovasco.com/sociedad/salud/201411/12/exceso-proteico-causas-mayores-201411120713.html
– ¿Por qué los primeros mil días?
– Los tres primeros años son muy importantes porque es cuando se producen los mayores cambios en la alimentación del ser humano. Durante la gestación los nutrientes se toman por el cordón umbilical, al nacer se alimenta con la leche de su madre y a partir de los seis meses empieza a tomar otros alimentos hasta llegar a los tres años, cuando ya se integra en la dieta familiar. En ese periodo hay cambios muy importantes que permiten modular la aparición de enfermedades en la edad adulta, como la alergia y la obesidad.
– ¿El debate entre lactancia materna y las leches artificiales está ya superado?
– Ya no es un debate. La lactancia artificial es el sucedáneo. Está aceptado por todo el mundo que la lactancia materna es la forma de alimentar al recién nacido y así lo ha entendido la gente joven, lo que pasa es que la incorporación de la mujer al trabajo impide muchas veces que se prolongue, como se recomienda, hasta los seis meses como mínimo. A partir de los seis mes, la lactancia puede durar todo el tiempo que quieran la madre y el niño, siempre y cuando se empiecen a ingerir otro tipo de alimentos. Hace 30 años dar el pecho era una cosa casi exótica y ahora el 80-90% de las madres empiezan con la lactancia, aunque a los tres meses la gente lo deja por distintas circunstancias, aunque hay muchas mujeres que llegan a los seis meses y sobrepasan uno, dos o tres años.
– ¿Qué beneficios aporta la lactancia materna?
– Es el alimento biológicamente perfecto para el mamífero humano. Hay estudios sobre su poder de prevención de la alergia, de la leche de vaca y de otro tipo, y también se ha demostrado que cada mes de lactancia materna disminuye un 4% el riesgo de obesidad. Eso es muy importante. La obesidad y la alergia son en parte prevenibles, por lo que hay que alimentarse correctamente.
– ¿La lactancia cada tres horas es ya historia?
-¿Adán y Eva tenían reloj? Poner horario fue una decisión médica sin ninguna base científica que hizo que desapareciera la lactancia materna. Desde que se hace sin horario, se ha incrementado de manera espectacular. Cuando el niño nace la madre le da el pecho a demanda, pero lo cierto es que poco a poco va organizando su vida y los niños van adquiriendo unos ciertos horarios. Eso hay que hacerlo de forma natural, ir buscando normas entre madre e hijo, porque la madre tiene que hacer cosas y no pueda estar con el niño todo el día colgado de la teta.
– Antes se ha referido a las alergias. ¿Por qué hay cada vez más niños alérgicos?
– Probablemente está en relación con la llamada teoría higienista, que dice que cuanto menos infecciones hay o se hace un mayor uso de los antibióticos probablemente la reacción del organismo es contra sí mismo, lo que deriva en fenómenos de alergia y autoinmunidad. No se sabe muy bien a qué se debe, pero lo cierto es que los procesos alérgicos están subiendo de manera espectacular. En pediatría, el más frecuente es la dermatitis atópica. En 1946 afectaba al 5% de los niños, en 1994 a más del 20% y sigue en aumento. Probablemente en estos momentos estaremos por encima del 40-50% de niños con dermatitis atópica. Son cifras muy sorprendentes. La mayoría de las dermatitis son por alergias alimentarias, por leche de vaca.
– ¿Qué consejos nutricionales da para combatirla?
– Primero, la lactancia materna, que protege. Y luego hay una recomendación de la Sociedad Española de Neonatología para utilizar unas fórmulas con sus proteínas parcialmente hidrolizadas para la prevención de la alergia. Aquí se usan, pero depende del pediatra.
-Cada vez se ven más leches de soja, de arroz, de avena… ¿Las recomienda?
– La leche la producen los mamíferos, y ni la soja ni el arroz son leches. La soja no se recomienda bajo ningún concepto a menores de un año, salvo que se tenga una enfermedad rarísima, que es la galactosemia. Las fórmulas de arroz y avena que hay por ahí no son leches, y tienen proteínas de origen vegetal que pueden ser utilizadas durante unos días por una circunstancia concreta, pero no se recomienda su uso como sustitutivo de la leche de la madre o de vaca.
– ¿A qué edad hay que empezar a introducir el gluten?
– Hasta ahora, la Sociedad Europea de Gastroenterología y Nutrición aconsejaba que no antes de los 4 meses ni después de los 7, porque se creía que si se introducía fuera de ese periodo se aumentaba el riesgo de celiaquía en gente en riesgo. Pues este mes se han publicado dos estudios que nos a partir de los 4 meses se puede introducir cuando se quiera. No pasa nada si empiezo a darlo más allá de los 7 meses. Estos trabajos van a cambiar la perspectiva.
– ¿Qué errores comunes ve en la alimentación infantil?
– En un este estudio en menores de tres años se constata que el 96% tiene un exceso de ingesta proteica, hasta cuatro veces más de lo recomendado. Y hay investigaciones que relacionan la ingesta proteica con la obesidad tardía. Por eso hay que insistir a las familias que hay que comer muchas más patatas, alubias, pan, cereales, frutas, hortalizas… Y medio litro de leche o derivados como máximo al día, tampoco hay que tomar muchísima leche. Y pequeñas cantidades de carnes, 20-25 gramos de pollo al día o el equivalente de otra carne es suficiente, por lo que luego no se debe ingerir ni jamón, ni chorizo, ni mortadela… Como mucho, cambiar eso por un huevo de vez en cuando. El problema es que la cena nacional es la tortilla francesa y yogur. El 90% de los niños cenan eso o salchicha y yogur, y al mediodía comen carne o pescado y meriendan bocadillo de jamón. El exceso proteico es una de las causas mayores de obesidad, que es una epidemia con tendencia al alza y uno de los mayores retos de salud pública para el siglo XXI.
– Antes ha citado la tortilla francesa pero ¿qué me dice de los macarrones?
– Que son muy buenos pero no hay que tomarlos todos los días. Las lentejas son muy buenas, y las alubias, las verduras, las frutas… hay que tomar de todo un poco, variado. Ni agua se debe tomar demasiado.
– ¿Los padres son conscientes de la importancia de la alimentación?
– Los niños aprenden a comer lo que ven comer a sus padres, y si estos no hacen una dieta adecuada, los niños comen mal. Cuando vas el sábado al supermercado y ves salir a toda la gente joven con los carros llenos con comida rápida y otro alimentos basura… Es lo que está pasando y la gente tendrá que tomar conciencia que repercute en los hijos y que cuando se hagan adultos pueden tener el hígado graso, diabetes…
– Cuando le dicen ‘el niño no me come’, ¿qué responde?
– En esos primeros tres años los niños se adaptan a los sabores, a las texturas, a los alimentos y a la relación con sus padres en la mesa. A veces una manera de tener a los padres pendientes de ellos es rechazar la comida. Y entonces vienen ‘el niño no me come’ y todos andan detrás de él, o ‘con tal de que el niño coma le doy lo que quiera’. Lo que hay que tener claro es que la cantidad que un niño come la decide el niño, y los padres deciden la calidad, qué come. Y si no quieres comer, pues no comas, y cuando tengas hambre comerás lo que yo te dé, no lo que tú quieras. Lo que ocurre es que con tal de que les deje en paz, o porque tienen que salir, les dan de comer lo que quieran, pero la gente tiene que saber que eso tiene sus consecuencias. El mecanismo de apetito funciona en adultos y también en niños. El niño sabe la cantidad, pero no elegir: eso corresponde a los padres. La mayoría de los niños si se les deja comer la cantidad que ellos quieren y los padres les dan lo que tienen que comer, comen estupendamente. Hay niños que con once mese se comen la fruta a mordiscos. Los niños aprenden viendo lo que hacen los adultos, por eso es bueno que se sienten a la mesa con sus padres.
Fuente: El Diario Vasco
Ane Urdangarin
Fotografía: Fernando Gómez
http://www.diariovasco.com/sociedad/salud/201411/12/exceso-proteico-causas-mayores-201411120713.html
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