Podríamos citar infinidad de dietas milagro, (todas ellas igual de ineficaces) como las dietas disociadas (Montignac, Hay..), dietas excluyentes (Atkins, de la Zona) u otras que simplemente podríamos denominar «pintorescas»: la dieta del helado, la dieta del pomelo, de la alcachofa…Este tipo de dietas no tiene ninguna base científica, ningún efecto beneficioso sobre la salud ni sobre la pérdida de masa grasa a largo plazo.
Hay que dejar claro que la obesidad es un problema de salud, no una mera cuestión estética, no se trata de estar más delgados a cualquier precio, sino de estar más sanos.
Lo que puede suceder al seguir este tipo de dietas es que, al limitar determinado grupo de alimentos o cambiar los hábitos alimentarios (por ejemplo, comer solo alimentos ricos en proteínas en la misma comida), generalmente se ingiere menor cantidad de calorías y, por ello, se puede perder peso de forma rápida. Sin embargo, los kilos que se pierden se recuperan con la misma rapidez al abandonar la dieta, en ocasiones con alguno más de regalo.
Tal y como indica Julio Basulto en su libro «No más dieta», diversos comités de expertos están de acuerdo en que para hacer la dieta de forma sana, se debe perder aproximadamente el 10% del peso corporal (si es que de verdad nos sobra ) en seis meses.
Esto, traducido al lenguaje que suelen utilizar las «dietas milagro» supondría perder aproximadamente un kg al mes (unos 300 g por semana) para una persona de estatura media con obesidad de grado II, intermedia.
Una pérdida de peso más rápida, tal como aconsejan las dietas milagro, lo haría a costa de perder masa muscular y/o agua corporal, y no de no grasa, con lo cual, además de no solucionar el problema del exceso de grasa, nos hace perder músculo y puede ralentizar la posterior pérdida de peso. (La masa muscular consume, por así decirlo, más calorías que la masa grasa)
Por otra parte, los efectos que estas dietas tienen en el organismo es, en el mejor de los casos, que no tienen efecto: al tratarse de dietas que son complicadas de mantener en el tiempo, los kilos se recuperan casi con la misma rapidez que se perdieron, en algunas ocasiones con algún kilo de propina (lo que se conoce popularmente como «efecto rebote»). Además, dependiendo del tipo de dieta y los alimentos que incluya o elimine, pueden llegar a ser peligrosas para la salud, especialmente si se mantienen a lo largo del tiempo.
Pero sobre todo, las dietas milagro nos hacen perder la oportunidad de adquirir hábitos saludables.
 
Laura González
Dietista de Gastronomía Baska
 
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