Diez años de investigación y 19 grupos de trabajo repartidos por toda España, en los que han participado decenas de profesionales  y 7.447 personas de entre 55 y 80 años, han confirmado lo que en general ya se sabía, o al menos se intuía: que una dieta mediterránea (DM) equilibrada es fuente de salud.
En este caso, los investigadores comprobaron que en personas con riesgo de sufrir episodios cardiovasculares graves (infarto de miocardio, ictus, o incluso la muerte), este riesgo se reduce hasta en un 30% si a la DM que siguen añaden un plus de aceite de oliva virgen extra o frutos secos como las nueces, almendras o las avellanas. Asimismo, los investigadores constataron también que, en estos pacientes, el peligro de padecer diabetes disminuye en un 40% si quiénes siguen la dieta apuntada la refuerzan con aceite de oliva virgen y frutos secos.
El trabajo Prevención con Dieta Mediterránea (PREDIMED), ahora reconocido como uno de los 14 más importantes de los editados en 2013, y que mereció la portada del suplemento de Salud de The New York Times cuando se presentó en los Estados Unidos, se publicó el año pasado, en abril, en The New England Journal of Medicine, una de las revistas especializadas más prestigiosas y con mayor impacto internacional.
José Lapetra Peralta (en la foto), médico de familia en el centro de salud de San Pablo (Sevilla), es uno de los profesionales de la salud que participó desde el principio en este ambicioso proyecto; él ha coordinado además la investigación en Andalucía.
“PREDIMED es un hito histórico en la investigación española”, señala, mientras recuerda que él sólo es uno más entre las decenas de médicos de familia especialistas y profesionales de diversas disciplinas que han participado. La coordinación general ha estado a cargo de Ramón Struch, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Clínico de Barcelona.
“Este estudio”, añade Lapetra, “ha sido probablemente el trabajo de investigación médica más leído el año pasado en el mundo”. “Sin duda es uno de los ensayos clínicos más importantes que se han hecho hasta ahora en la atención primaria en el campo de la nutrición”, reflexiona.
Los participantes en el ensayo eran personas con riesgo de padecer episodios cardiovasculares. A todos se les indicó que la dieta mediterránea tendría que ser la base de su alimentación cotidiana; y a continuación se les dividió en tres grupos: al primero se le dijo que tenía que tomar un suplemento diario de 50 cm3 (5 cucharadas soperas) de aceite de oliva virgen extra; al segundo se le añadió a su dieta (también diariamente) 30 gramos, principalmente de nueces, pero también de avellanas o almendras. Al tercer grupo se le dejó con su DM baja en grasas, como grupo de referencia. Y los resultado han sido los ya conocidos: el riesgo de ictus se redujo para estos pacientes en un 33%, el de sufrir un infarto en un 20% y la posibilidad de morir por un episodio cardiovascular, un 31%.
José Lapetra lamenta que en España se esté descuidando el tesoro que es disponer de una dieta como la mediterránea. “Curiosamente, dónde se aprecia de verdad la DM, por sus cualidades saludables y terapéuticas, es en el mundo anglosajón. Y nosotros, que nos hemos criado con ella, empezamos a olvidarla si no a despreciarla”, explica Lapetra, que no tiene reparos al apuntar que “los jóvenes españoles comen muy mal”.
¿Remedios para evitar que se pierda la que fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2010? A esto el investigador sevillano responde con lo que sabemos ya todos: “Si las familias no toman medidas y, además, éstas no se refuerzan con prácticas pedagógicas en las escuelas y en los comedores escolares, poco podremos hacer los profesionales de la salud al respecto. A nosotros nos llegan ya las personas con los problemas”. Es decir, se refiere este médico de familia a los consabidos problemas de obesidad, hipertensión, episodios cardiovasculares, colesterol y esa larga lista de enfermedades incipientes que sin duda tienen que ver con la dieta y los hábitos de vida que ahora tiene la gente.
Sin duda, la industria alimentaria tiene también una importante parte de culpa de que se esté perdiendo el habito de “practicar” a diario la DM en España. Las multinacionales de la alimentación no van a renunciar fácilmente a “vender” las “maravillosas ventajas” que tiene la comida que manufacturan. La denominada comida rápida, la que llamamos, ya sin tapujos, “comida basura” o las bebidas azucaradas son, por poner tres ejemplos, una especie de plaga que está arrasando con los hábitos saludables, en cuanto a nutrición se refiere, que tenían hasta ahora los españoles.  “Contra ellas, en el terreno de la propaganda o de la información poco podremos hacer los médicos”, concluye Lapetra.
Sin embargo —volviendo a la investigación que motiva este artículo—  empresas de la alimentación como Borges, Walnuts California y La Morella Nuts (empresas que comercializan frutos secos, principalmente) o la Fundación Patrimonio Comunal Olivarero (que ha facilitado el aceite de oliva gratis) han colaborado estrechamente con los investigadores de PREDIMED, posibilitando que los 8,5 millones de € que hasta ahora han costado estos diez años de investigación no fueran muchos más.
Mantener e impulsar una investigación clínica de estas características durante toda una década no es fácil; y menos en España, donde, ya se está viendo, en cuando la economía cede, lo primero que se ajusta son los presupuestos dedicados a investigar. En este sentido, el estudio PREDIMED marca un antes y un después en la investigación biomédica en España. Se podría decir que es algo único hasta ahora en la Medicina de Familia y en la Atención Primaria española. Y sin duda es un magnífico ejemplo de colaboración entre grupos de investigación clínica procedentes de Atención Primaria, hospitales y universidades con otros dedicados a la investigación básica, que han contado, además, con el apoyo económico de instituciones públicas, agencias de investigación y empresas privadas.
De sobra es conocido que los hábitos dietéticos son determinantes a la hora de calibrar el estado de salud de los individuos y de las poblaciones que conforman. En los países desarrollados, las enfermedades del aparato circulatorio son la principal causa de muerte. Y estas enfermedades tienen mucho que ver con la dieta. En el sur de Europa, los países, entre ellos España, presentan una menor incidencia de este tipo de enfermedades que los de la Europa del norte o los Estados Unidos. Las ultimas investigaciones sobre patrones de dieta y hábitos alimentarios estas afianzando la idea de que estas diferencias se deben, en gran parte, a la DM.
Como todo el mundo sabe, la DM se basa en el consumo abundante de fruta, verduras, legumbres, frutos secos… y aceite de oliva. Así como en el consumo moderado de pescado y de lácteos; y, de forma opcional y muy moderadamente, de vino. Por el contrario, la ingesta de carnes rojas, refrescos, pastelería y bollería industrial, en la DM, se considera que no debería de pasar de ser algo testimonial.
http://www.cuartopoder.es/atusalud/la-dieta-mediterranea-evita-un-30-de-infartos-y-un-40-la-diabetes/2691

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