Hace falta un GPS para no perderse entre la cantidad y variedad de oferta de leche que hay en las estanterías de cualquier supermercado. En los lineales de los comercios se amontona un amplio surtido de tipos y sabores que hacen cada vez más difícil la elección. Hay más de una veintena de variedades de leche de vaca enriquecida y esto, multiplicado por las diferentes marcas, dispara la oferta. La preocupación por la dieta y por la salud han sido factores determinantes para que surgiera el mercado de las leches enriquecidas, que ya representan el 22% de las ventas. Sin embargo, hay un pero: el precio de estas variedades es superior al de la leche clásica. El litro de la leche tradicional cuesta entre 60 y 80 céntimos, según la marca, y la enriquecida puede llegar a los 1,30 euros el litro.

«Hasta una veintena de distintos tipos del producto lácteo compiten con la tradicional . Las sin lactosa, con vitaminas y calcio suponen el 22% de ventas y son las preferidas por los clientes.»

Al reducido surtido de hace unos años se ha sumado un amplísimo muestrario: con o sin calcio, con o sin lactosa, con ácido oleico, con isoflavonas, ecológica, enriquecida con vitaminas A,D y E o con vitaminas D y K, con nutrientes esenciales, leche de crecimiento, ligera, sin calorías, con fitoesteroles, de ganadería ecológica, las que ±ayudan a controlar el colesterolO, leches con zumo… Un dato. Un tipo de leche de una conocida marca anuncia en el envase: «Leche semidesnatada, sin lactosa, con calcio, con vitamina E y D, sin gluten y producto lácteo sostenible». Ante tal cantidad de oferta, Carme Vidal, catedrática de Nutrición y Bromatología de la Universitat de Barcelona, asegura: «El consumidor se lía seguro porque no hay tanta formación en los temas de nutrición». Por si con estas variedades no hubiera suficiente, en las estanterías, junto a la leche de vaca, están también las bebidas vegetales de soja, avena, arroz, almendras, coco y con sabor de piña, vainilla, chocolate, melocotón- que algunos toman como sustitutivo de la leche de vaca. Así, no es difícil que un supermercado de tamaño medio pueda tener más de cinco metros de estanterías con diversos tipos de leche y mucho más los hipermercados.
Como los hábitos de consumo de este alimento básico han cambiado, las empresas lácteas han aumentado su oferta para adaptarse al nuevo comprador. «Todas las categorías han tenido un gran crecimiento que, sin duda, hubiera sido superior si no hubiera sido por el impacto del desempleo», aseguran en la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (Anged). Estas macrosuperficies tienen en sus estanterías, incluida la leche enriquecida, «más de 700 productos aptos para celiacos y 100 para intolerantes a la lactosa».
Pese a la gran oferta, el consumo de leche descendió el año pasado en los hogares españoles el 3,6%, según datos de la Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil), que agrupa a más de 70 empresas del sector y el 95% de la producción nacional del mercado lácteo.

«Como los hábitos de consumo de la leche han cambiado, las empresas lácteas han aumentado su oferta para adaptarse al nuevo comprador.»

La organización atribuye el retroceso «a las corrientes que han surgido que aconsejan reducir o eliminar la ingesta al avanzar la edad».
La transformación del sector ha sido vertiginosa si se tiene en cuenta que en la década de los años 60 del siglo pasado solo existía en España un tipo de leche: la entera. Ya en los 80 se comercializó la desnatada y semidesnatada y en la década de los 90, la enriquecida. Actualmente, el 65% de las ventas de una firma como Puleva «son de leches adaptadas y de valor añadido: leches infantiles, con omega 3, con calcio…», señala un portavoz de la empresa.
De todo el mercado de leches enriquecidas, una de las más novedosas es la variedad sin lactosa. Su aparición se produjo hace cinco años «al detectarse que el 15% de los consumidores abandonaban el consumo de leche y buscaban otras alternativas más beneficiosas para su salud», señala María González, responsable del departamento de Innovación de Capsa Food, empresa que comercializa Central Lechera Asturiana, entre otras marcas. El consumo de la leche sin lactosa ha crecido en torno al 50%, aclara González, y ocupa el primer lugar en el ranking de leches enriquecidas.
 
Teresa Pérez
http://www.diariocordoba.com/noticias/sociedad/consumidor-pierde-tantas-variedades-posibilidades-leche_973655.html

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