Un problema que nos afecta a todos

La cocina es la habitación de la casa que genera la mayor parte de los residuos plásticos de las familias. Y es que una de las características que más nos gusta de los plásticos (su durabilidad) es una de las principales razones por las que son tan perjudiciales para el medio ambiente.
Las cifras hablan por sí solas. En 1950, una población mundial de 2.500 millones de personas producía 1,5 millones de toneladas de plástico; en 2016, una población mundial de más de 7.000 millones de personas producía más de 320 millones de toneladas de plástico. Se prevé que esta cifra se duplique en 2034. Cada año, los mares y océanos son receptores de hasta 12 millones de toneladas de basura que representa el 85 por ciento de la basura marina.

«La eliminación de plásticos en la cocina no solo ayuda al medioambiente sino a lograr una vida sana, sin sustancias tóxicas adheridas a nuestros alimentos que pueden perjudicar gravemente nuestra salud.»

El 40 por ciento de los plásticos producidos son envases, usados una sola vez y luego desechados. La tasa de reciclaje de plástico en Europa es tan solo de un 30 por ciento. A pesar de que el plástico no se biodegrada, sí se fotodegrada: la luz ultravioleta del sol descompone el plástico en trozos cada vez más pequeños de plástico conocidos como microplásticos que consume la fauna marina casi sin darse cuenta. Cuando el plástico no está destruyendo criaturas de las profundidades, se traslada a los vertederos, donde tardará más de 400 años en degradarse.
Estos microplásticos actúan como esponjas. Absorben y retienen todo tipo de productos químicos tóxicos, como el DDT y los PCB. Incapaces de distinguir su alimento de los microplásticos, muchos animales marinos terminan muriendo con los estómagos tan llenos de plástico que ningún alimento puede pasar a través de ellos. Pueden literalmente morir de hambre con el estómago lleno.
Si estos animales marinos sobreviven para ser consumidos por los humanos, el plástico que han consumido y las toxinas que han absorbido, terminan directamente en nuestra cadena alimenticia.
Poco a poco vamos adquiriendo conciencia al respecto. Prueba de ello es que los vasos, cubiertos, pajitas y pequeños envases de plástico de un solo uso tienen los días contados en nuestro país. Como muy tarde, en 2021, entrará en vigor la prohibición de su venta en España según una resolución aprobada por la Comisión de Medio Ambiente del Congreso de los Diputados de acuerdo con la normativa europea.

El plástico en la cocina

Los plásticos parecen invadir todos los aspectos de nuestras vidas, y la cocina no es una excepción. En el momento que cocinamos, almacenamos y envasamos alimentos para llevar. Tenemos la oportunidad de deshacernos del plástico en favor de materiales más seguros y respetuosos con el medio ambiente.

«Como muy tarde, en 2021, entrará en vigor la prohibición de su venta en España según una resolución aprobada por la Comisión de Medio Ambiente del Congreso de los Diputados de acuerdo con la normativa europea.»

Afortunadamente, cada vez estamos más concienciados de lo importante que es evitar el uso de plástico en la cocina. El almidón vegetal, los bioplásticos y el papel son solo algunos de los materiales utilizados en lugar del plástico. Incluso un investigador de la India ha creado utensilios comestibles.
La mayoría de nosotros prestamos más atención a los ingredientes de nuestros alimentos que al recipiente en el que se encuentran, pero esto último es también importante. Los productos plásticos contienen una sustancia química llamada bisfenol A, más comúnmente conocida como BPA. Se utiliza para endurecer plástico y se encuentra en una amplia gama de productos como botellas de agua, latas, dispositivos médicos, CDs y más.
La exposición a la sustancia química se ha relacionado con el cáncer, así como con problemas reproductivos, por lo que es una buena idea limitar la cantidad de productos portadores de BPA que usamos. Los productos etiquetados «sin BPA» tampoco son necesariamente seguros. El producto químico utilizado como sustituto del BPA, el bisfenol S (BPS), tiene efectos sobre el sistema endocrino similares a los del BPA, y también puede afectar a la función tiroidea.

Consejos sencillos para evitar el plástico en nuestro día a día

Ya que conocemos los efectos perniciosos del plástico en nuestro organismo y nuestro entorno, es hora de deshacerse de él en la cocina. A continuación, os presentamos varias ideas que pueden ayudaros:
1. Usa bolsas de compras reutilizables. A estas alturas quizá ya es algo obvio, pero muchos siguen olvidando en casa la bolsa de compra reutilizable, de tela o papel, cuando van a comprar. Siempre es preferible llevar una bolsa de tela en el bolso o mochila en todo momento por si acaso.
2. Compra utensilios y cubiertos de metal y madera. Esto no solo ayuda al medio ambiente, sino que también asegura que las toxinas plásticas no tengan acceso a los alimentos.
3. Lo mismo ocurre con las ollas antiadherentes (el revestimiento antiadherente es en realidad un tipo de plástico). Por lo tanto, es mejor utilizar ollas de acero inoxidable o hierro fundido.
4. Compra alimentos en recipientes de vidrio en lugar de plástico cuando sea posible. Adquiere productos lácteos en botellas de vidrio retornables. Hay algunas marcas que venden leche, yogur y kéfir en frascos de vidrio.
5. Si deseas encontrar productos sin envases de plástico, intenta comprar en el mercado agrícola de tu localidad. Los productos frescos, el pan, los huevos o la carne de los mercados de agricultores locales se pueden colocar directamente en nuestras bolsas.
6. Trata de evitar los alimentos enlatados. Las latas de alimentos están forradas con plástico que contiene bisfenol-A (BPA), la anteriormente mencionada sustancia química tóxica.
7. Realiza compra a granel (cereales, legumbres…). Muchos productos a granel vienen en embalajes ecológicos, así que es mejor optar por ello siempre que sea posible. En su día ya te hablamos de todos los beneficios de la compra a granel.
8. En lugar de cubrir los alimentos con un envoltorio de plástico normal, utiliza papel de aluminio o Bee’s Wrap (envoltorio de abeja), hojas reutilizables de algodón recubiertas de cera de abeja. El embalaje Bee’s Wrap es reciclable y no contiene plástico. Está diseñado para mantener la humedad y evitar que los alimentos se sequen. Por lo tanto, no solo protege los alimentos de los elementos o de la contaminación cruzada, sino que también les da una vida más larga. Se puede lavar y reutilizar varias veces, y dura hasta tres años. Al final de su vida útil se puede cortar en tiras y utilizar como abono o puedes envolver leña con estos envoltorios y utilizarlos como un iniciador de fuego natural y efectivo. Además, se pueden comprar fácilmente en internet. Asimismo, puedes optar por papel encerado o papel pergamino asegurado con una goma elástica. Otra opción es probar tapas de plástico de silicona reutilizables. O bien, lo más sencillo, un paño de cocina o una servilleta de tela sobre un frasco con una goma elástica.
9. A la hora de almacenar alimentos también podemos elegir bolsas de silicona reutilizables que son aptas para ser congeladas. Las bolsas de silicona duran mucho más y son menos propensas a liberar toxinas que sus homólogas plásticas. El material base del que están hechos es la sílice (arena derivada del cuarzo), que se encuentra comúnmente en todo el mundo. También puedes encontrar bolsas de tela lavables con cierre de cremallera o velcro, pero no tienen un cierre tan hermético y por lo general no se utilizan para cocinar.
10. Tampoco nos tenemos que volver locos y deshacernos de todo el plástico de nuestra cocina de una sola vez. Hay que aprovechar la vida útil de los productos e ir reemplazándolos una vez que se rompan. La opción más sostenible es usar lo que ya tienes antes de comprar algo nuevo. Cuando se rompan, busca una versión que esté hecha de materiales renovables como metal, tela, madera o bambú. Prueba con organizadores de cajones de bambú, utensilios de cocina de metal, esponjas de celulosa (a base de plantas), servilletas de tela y cestas de mimbre.
11. No compres productos en bolsas o mallas de plástico y huye de los alimentos procesados que siempre vienen en envoltorio de plástico. Tu salud también lo agradecerá. Muchas frutas y verduras emiten etileno, un gas natural que acelera la maduración (por ejemplo, los plátanos). Para evitar que los productos frescos maduren demasiado rápido, deja que el aire circule alrededor de los alimentos en lugar de mantenerlos en bolsas o cajas de plástico.
12. Remplaza los platos y tazones de plástico de los niños y busca platos de metal o de madera en su lugar. Hay que empezar a educar a los más pequeños y que también aprendan que si las cosas se caen se rompen, y a manejarlas con cuidado.
13. Olvida los Tupperware, un recipiente de vidrio o metal es una opción mucho más saludable. Los tarros usados de salsas y mermelada son perfectos (y gratis). Cuando congeles alimentos en recipientes de vidrio, recuerda dejar por lo menos 2 cm de espacio en la parte superior del frasco. Esto permite que los alimentos se expandan cuando se congelan. Los productos horneados se pueden congelar perfectamente en bolsas de tela.
14. Si aún no tienes una botella de agua reutilizable, ¡ya es hora de que la tengas! De acero inoxidable o de vidrio, harán que el agua siempre sepa bien y deliciosa sin la temida contaminación cruzada que ocasiona el uso de plástico.
15. Las pajitas de acero inoxidable, son fáciles de usar y comprar. Normalmente vienen en pares o conjuntos de 4, rectas o inclinadas para que puedas llevar algunas contigo cuando estés de viaje. Asimismo, vienen con un limpiador de cepillos para limpiarlas cuando sea necesario.
16. Cepillo de limpieza natural. Otro lugar donde podemos dejar de utilizar cepillos o esponjas elaboradas con plástico y fibras sintéticas es el fregadero. Lo mejor es un cepillo ecológico y biodegradable. Por ejemplo, uno con mango de bambú cuyas cerdas estén hechas de fibras de coco naturales. Una vez que se haya desgastado y sea el momento de tirarlo, puedes ponerlo en el abono.
17. Otra idea es tirar de manualidades y hacer nuestras propias coberturas de tela para cuencos y tazones, con una goma y pocos conocimientos de costura. Se pueden elegir muchas telas de colores diferentes y personalizar, siendo un regalo original para familiares y amigos. Además, puede ser una actividad divertida para llevar a cabo con niños.
18. ¡Las bolsas de papel vuelven a estar de moda! Cada vez que empaquetes tu comida o snack para el trabajo, utiliza una bolsa de papel o cartón.
19. Cuando vayas a comprar, lleva contigo tus recipientes. Puedes llevar tus propios tuppers a la charcutería, por ejemplo. Al principio te mirarán un poco raro, pero esto es como todo, cuestión de costumbre.
20. ¿Te encanta el café de la mañana? Deshazte de las cápsulas de café de un solo uso y utiliza una máquina de café expreso tradicional. A veces lo más sencillo es lo mejor y lo más natural.

La importancia del cambio progresivo

Reducir el plástico en la cocina es un proceso gradual. Es mejor empezar a sustituir cosas poco a poco según sea necesario y una vez asentados esos cambios pasar al siguiente. En poco tiempo el uso de materiales no plásticos en tu cocina se convertirá en algo natural. Cambiar de hábitos de un día para otro es muy difícil y frustrante. Simplemente hay que pensar en evitar el mayor número de residuos posible.
Planificar nuestra lista de la compra también ayuda al medioambiente. A veces acumulamos productos que caducan sin darnos cuenta y hay que desecharlos. Para reducir el consumo de plástico también es necesario abastecer nuestra nevera y estantes solo con lo que necesitemos. Deberíamos siempre mirar lo que ya tenemos en casa antes de salir a comprar.
Mónica Salazar Vevia
Fuente: Gastronosfera
Fotografía: Gastronosfera
http://www.gastronosfera.com/es/

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