La desnutrición en los pacientes neurológicos es un factor que empeora la evolución de la enfermedad (riesgo de complicaciones y de mortalidad, infecciones o las úlceras por presión, etc.) y la recuperación funcional. El tratamiento nutricional juega un papel imprescindible en la mejora del pronóstico y la calidad de vida de la persona afectada.
«Todos los pacientes con enfermedades neurológicas requieren una valoración nutricional, como parte de su valoración clínica habitual y, dependiendo de la patología, necesitarán alguna modalidad de tratamiento nutricional», comenta la doctora Irene Bretón, coordinadora del curso y miembro de la Junta Directiva de la SEEN (Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición).
El tratamiento nutricional en estos casos debe tener en cuenta las causas que pueden favorecer la desnutrición en cada paciente concreto. En este sentido, la doctora María Ballesteros, coordinadora, también, del curso y del área de Nutrición de la SEEN, explica: «Para cualquiera de los pacientes que en algún momento de su enfermedad pierda peso o tenga problemas para tragar, será imprescindible tener una valoración nutricional individualizada y completa».

«La desnutrición en estos pacientes es un factor añadido de riesgo que empeora la evolución de la enfermedad y la recuperación funcional.»

Los profesionales coinciden en que en estos casos, «también es importante mantener una dieta completa y equilibrada, que incluya todos los grupos de alimentos y que aporte la cantidad suficiente de energía, proteínas y nutrientes», resalta la doctora Ballesteros.

Disfagia, el problema más prevalente

Estas patologías neurológicas tienen a menudo asociadas alteraciones en la ingesta. Así, la deglución o disfagia supone un mayor riesgo de desnutrición y también de paso de alimentos a la vía respiratoria, lo que puede ser muy grave, incluso mortal.
«Cuando existe dificultad para tragar se plantean dos problemas fundamentales. Por un lado, la deglución puede no ser segura, y aumenta el riesgo de aspiración y de neumonía, que puede tener consecuencias graves. Por otro, el aporte de agua y nutrientes es menor y aumenta el riesgo de deshidratación y desnutrición», resalta la doctora Bretón y agrega, «para que la deglución sea segura, hay que adecuar la dieta oral modificando la textura de los alimentos sólido y líquidos para el paciente».
En este sentido, la modificación de texturas consiste en adaptar los alimentos para que tengan una consistencia que haga lo más fácil posible el hecho de tragar. En la mayor parte de los pacientes neurológicos supone hacer más homogéneos los alimentos (no mezclar sólidos y líquidos, evitar grumos o trozos, etc.) y en espesar los líquidos para evitar su paso a la vía respiratoria.
 
Fuente: «El Diario Montañés»
Fotografía: «El Diario Montañés»
http://www.eldiariomontanes.es/sociedad/salud/vida-sana/201703/07/nutricion-juega-papel-importante-20170307112805-rc.html

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