La alimentación y el estado de ánimo están íntimamente relacionados. La Doctora Susan Kleiner, nutricionista y autora del libro «The Good Mood Diet», La dieta del buen humor, afirma que es posible sentirse bien y tener más energía dependiendo de lo que se coma.
La serotonina y las endorfinas, sustancias químicas que se encuentra en varias regiones del sistema nervioso central, son los neurotransmisores que influyen directamente en la sensación de felicidad, buen humor y bienestar. También el triptófano, un aminoácido esencial que interviene en la regulación de la serotonina, los carbohidratos y las vitaminas del complejo B, en especial, la vitamina B6, ayudan a la producción de optimismo.
La cuestión es que la serotonina, responsable natural de la felicidad, desciende progresivamente a lo largo del día. Por ello, el consumo de alimentos con ciertas dosis de estas sustancias favorece el estado de ánimo, aumenta la sensación de alegría e incrementa la energía diaria.

Estos son algunos de los alimentos que forman parte de la ‘dieta de la felicidad’.

Chocolate. Es el alimento que aporta mayor alegría a nuestra vida. Su alto contenido en feniletilamina y en triptófano estimula la producción de serotonina, lo que proporciona euforia y buen humor. Según un estudio del Centro Médico de la Universidad de Maryland, el chocolate y los helados ayudan a mantener la calma y reducen la agresividad al mismo tiempo que aumentan la hormona del bienestar.
Asimismo, los dulces también tienen un efecto positivo sobre el humor. Los azúcares, en contacto con la lengua, estimulan al cerebro para que deje paso a sustancias endorfinas que al entrar en el organismo producen sensación de bienestar.

Plátano. Se la conoce como la ‘fruta del buen humor’ porque contiene dopamina, la hormona responsable del placer. Además, aporta grandes dosis de triptófano, imprescindible para la producción de serotonina, que actúa para mejorar el bienestar emocional. Por si fuera poco, también contiene muchos nutrientes, fibra y es rica en vitaminas, minerales y oligoelementos, lo que proporciona al organismo un rápido aporte de energía. Otra de las frutas con mayor aporte de ‘felicidad’ es la piña. Rica en minerales, vitaminas y compuestos activos que estimulan la producción de serotonina y generan vitalidad. Al mismo tiempo, otros de sus componentes calman la ansiedad y alivian la agitación nerviosa.

En este sentido, un estudio dado a conocer en la revista Journal of Health Psychology destaca que los días en los que comemos más frutas y verduras nos sentimos más relajados, más felices y más energéticos.

Nueces. Son ricas en triptófano y, por lo tanto, elevan los niveles de serotonina y aumentan la felicidad. Además, se ha demostrado que mejoran la actividad motora y tienen muchos efectos beneficiosos para la prevención de enfermedades cardiovasculares.

Cereales integrales y leche. La vitamina B1 o tiamina, conocida como la vitamina del ánimo, está presente en los cereales integrales y en los lácteos. Es una de las sustancias necesaria para que el cerebro produzca serotonina y mejore el estado de ánimo. Por lo que un buen tazón de leche con cereales y frutos secos por la mañana nos ayuda a comenzar el día con energía y, además, nos pone de muy buen humor.
Salmon. El salmón es uno de los alimentos con mayor porcentaje de ácidos grasos omega-3, un componente con efecto antidepresivo y que ayuda a estabilizar el estado de ánimo, según un estudio realizado por el psiquiatra Andrew Stoll, de la Universidad de Harvard (EE.UU) en el año 2000. Además, la Asociación Británica para el Manejo de la Ira ha destacado recientemente que una dieta rica en omega-3 permite gestionar mejor las situaciones de estrés y reduce la hostilidad.

Espinacas. Contienen grandes dosis de vitaminas A y C, un cóctel antioxidante que repara los daños producidos por el estrés. Sus hojas son una de las mejores fuentes de vitaminas B6, B9 y B12: actúan sobre el buen humor, el estado de ánimo y otras funciones cerebrales. Además,  tienen un alto contenido en magnesio y ácido fólico, regulador del apetito y el sueño. En concreto, los estudios clínicos señalan que la deficiencia de ácido fólico está ligada con la depresión, ya que poco ácido fólico conduce a unos niveles inferiores de serotonina en el cerebro.

Legumbres. Las legumbres también son una fuente primordial de ácido fólico, una sustancia que influye de forma muy positiva en nuestro estado de ánimo. Además, estas tienen bajo índice glucémico y estabilizan la tasa de azúcar en sangre, evitando la hipoglucemia y la fatiga, causantes de la sensación de depresión. En concreto, los garbanzos son ricos en magnesio y vitaminas del grupo B, mientras que las lentejas aportan una gran cantidad de hierro.
Otros alimentos que también contribuyen al buen humor son las pipas de calabaza, el queso fresco, o las fresas.
Gemma Fernández
 
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