Son invisibles a nuestros ojos, pero cientos de bacterias, virus y otros microorganismos -además de residuos tóxicos y ciertos productos químicos- están en los alimentos que comemos a diario.

Y, en muchas ocasiones, estas sustancias pueden ser verdaderamente nocivas para la salud.
Muchas veces, el resultado es una intoxicación alimentaria: salmonella, estafilococos o E. coli son tan solo algunas de las bacterias más conocidas que nos causan este tipo de infecciones.
Pero ¿es posible evitar estas enfermedades lavando los alimentos? ¿Y cuál es la forma más adecuada de hacerlo?
Según los expertos, el riesgo de intoxicaciónsiempre está presente, y no es posible evitarlo al 100%. Pero ciertas rutinas de higiene alimentaria pueden ayudar a prevenirlo.
Para ello, no sólo debemos limpiar adecuadamente los productos y utensilios de cocina, así como nuestras propias manos, sino también los alimentos.
Consultamos a los especialistas sobre las técnicas más recomendables. Esto fue lo que nos contaron.

¿Cuál es la regla de oro para lavar la lechuga?

Limpiar una lechuga parece sencillo, pero los expertos coinciden en que es recomendable seguir una serie de pasos para que el riesgo de intoxicación sea el menor posible.
«Deja que se empape», explica Camilla Schneideman , quien lleva 18 años dirigiendo su propio restaurante y es la directora general de la Escuela Leiths de Comida y Vino en Londres, Reino Unido.
«Sumérgela en agua fría (después de separar las hojas) y déjala reposar hasta 20 minutos para que las partículas de tierra se suelten. Luego, extráela y enjuágala de nuevo», dice Schneideman.
La especialista recomienda esta «técnica de la inmersión» para todos los alimentos que crecen en la tierra y que puedan tener algún tipo de partículas del terreno; en particular, lechuga, rábanos, puerros y hierbas culinarias.
Para Rosalind Rathouse, una cocinera profesional con más de 50 años de experiencia, directora de una escuela de cocina en el centro de Londres, también es importante separar primero las hojas externas, que tienen más probabilidades de estar en contacto con bacterias.
Podemos o bien desecharlas o utilizarlas en platos cocinados.

¿Y las patatas y champiñones?

Según Rathouse, todas las verduras y hortalizas deben lavarse «muy, muy a fondo» en agua corriente, habiendo eliminado, en primer lugar, las raíces que tengan tierra o restos de arena.
Pero, para esta especialista, las únicas hortalizas que requieren de un remojo prolongado antes de lavarlas son las patatas.
En el caso de los champiñones, su sugerencia es sumergirlos en un bol con agua antes de enjuagarlos en agua corriente y secarlos después con papel de cocina. «Si están un poco mojados, ponlos a fuego alto y el agua se evaporará. La seguridad es lo primero«, advierte.
Para Schneideman, todo depende de cómo vayas a cocinarlos.
Muchas veces lo mejor es eliminar manualmente los restos de tierra de los champiñones y enjuagarlos, pues «si vas a freírlos, el calor matará las bacterias de todos modos».
Rathouse dice que debemos ser escrupulosos a la hora de asegurarnos de que las manos y las superficies están limpias, para evitar transferir bacterias en la cocina.
En su escuela de cocina, los alumnos dejan el delantal en la cocina si van al baño y mantienen objetos como celulares lejos de las zonas donde se cocina.

¿Cómo evitar que el perejil quede empapado?

«Si tienes una centrifugadora para ensaladas úsala. Si no, dales una buena sacudida», dice Schneideman.
«No es muy agradable comer lechuga empapada así que agítala bien y deja que se seque en un trozo de papel de cocina para obtener mejores resultados», agrega.
En cuanto a las hierbas culinarias, asegura que lo mejor es ponerlas en una bolsa de plástico con un trozo de papel de cocina y guardarlas en la nevera.
«Si dejas las hierbas en un vaso de agua durarán apenas unos días, mientras que con mi método pueden durarte hasta dos semanas», explica la chef.
Además, Rathouse aconseja almacenar todos los vegetales en un lugar frío para reducir las probabilidades de que se multipliquen las bacterias.

¿Qué debemos hacer con las bolsas de ensalada?

Las ensaladas preenvasadas suelen venir ya lavadas en una solución baja en cloro para matar todos los insectos, explica Schneideman, así que no es necesario lavarlas.
«Se trata de una elección personal, en caso de que quieras darles un lavado adicional», dice la cocinera.
Rathouse, sin embargo, asegura que «siempre lo lava todo, especialmente si se va a comer crudo».
«No solemos utilizar lechuga o espinacas en bolsa, pero si lo hacemos las lavamos«, afirma.

¿Qué debemos hacer con los puerros?

Si vas a rebanarlos, Schneideman recomienda cortarlos primero por la mitad, antes de comenzar con el lavado.
«De esta forma, las partículas de tierra entre las capas caerán al fondo del bol cuando los pongas en remojo», asegura.
Rathouse tiene una técnica diferente: «Yo elimino primero las partes que tienen restos de tierra, después la parte de arriba y luego la de abajo. Después abro las capas como si fueran las hojas de un libro y las voy lavando, dejando que el agua se cuele entre ellas».
En cualquier caso, recuerda, los puerros suelen cocinarse así que cualquier bacteria restante será eliminada en el proceso.

¿También hay que lavar los alimentos orgánicos?

Tanto Rathouse como Schneideman coinciden: la rotunda respuesta es «sí».
Y es que las bacterias pueden adherirse a la fruta y la verdura de muchas formas: pueden estar presentes en el agua que se usa para el riego, en fertilizantes orgánicos o en los excrementos de aves y otros animales, que caen a la tierra.
Pero además, en lo que a higiene alimentaria se refiere, más vale prevenir que curar.
 
Fuente:  BBC Mundo
http://www.bbc.com/mundo/noticias-36845298

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