La dieta mediterránea está asociada a «una mayor longevidad, una mejor salud cardiovascular, la reducción del riesgo de cáncer y también a beneficios para la función cognitiva de personas de la tercera edad». Así lo ha destacado este lunes en la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra Antonia Trichopoulou, coordinadora del estudio europeo EPIC para mayores.
La experta ha intervenido en el Simposio sobre ‘Nutrición, Metabolismo y Prevención Cardiometabólica: OMICS, epigenética y sistema epidemiológico’, organizado por Miguel A. Martínez-González en nombre del grupo de investigadores españoles PREDIMED, pertenecientes al CIBER de Obesidad y Nutrición. Antonia Trichopoulou ha destacado que la dieta mediterránea ha demostrado ser beneficiosa «no sólo para las personas residentes en el área del Mediterráneo». De hecho, «pienso que los mediterráneos no deberíamos abandonar esta pauta nutricional y que la población de otros lugares del mundo debería considerarla seriamente como una alternativa saludable», ha expuesto.
En este sentido, ha puesto de relieve que «al no ser la típica dieta baja en grasas, podría ser fácilmente adaptable a otras poblaciones occidentales». Antonia Trichopolou, miembro de la Fundación Helénica para la Salud, ha querido dejar claro que a pesar de las variantes que existen de la dieta mediterránea, «esta posee unos patrones básicos». «De forma sencilla es la dieta adoptada en las zonas de cultivo de aceite en la región del Mediterráneo a finales de los años 50 y primeros de los 60. Se caracteriza por un alto consumo de grasa monoinsaturada y bajo consumo de grasa saturada; consumo moderado de vino y productos lácteos, sobre todo en forma de queso; baja ingesta de carne y productos cárnicos; y alta proporción de verduras, frutas, legumbres, cereales y pescado, por su cercanía con el mar», ha detallado.
En las jornadas ha intervenido también el experto de Harvard Frank Hu, quien se ha referido a las Nuevas Guías de EE.UU. sobre Alimentación Saludable que serán publicadas este año. Entre los principales resultados ha explicado que «se ha comprobado cómo comer sano está asociado a impactos medio ambientales positivos, incluyendo un uso más sostenible de la tierra, el agua y los recursos». Así, ha detallado, «en Estados Unidos, el cambio de una dieta basada sobre todo en productos animales a una basada en productos vegetales tendría efectos beneficiosos para el ser humano pero también para el planeta».
Por otra parte, ha subrayado que aunque la sociedad cada vez está más interesada por los alimentos sanos y ecológicamente más sostenibles, «existe una gran confusión debido a la cantidad de información que se publica sobre dieta y salud, así como a la existencia de un entorno alimentario poco sano». De ahí que «se recomiende llevar a cabo cambios en el comportamiento para mejorar la dieta y estilo de vida, como reducir la ingesta de bebidas con azúcar y de comida rápida, además de cambios políticos que hagan que los alimentos sanos sean más accesibles, económicos y normativos». PREDIMED es un ensayo aleatorizado de gran tamaño cuyo objetivo ha sido valorar los efectos de la dieta mediterránea en la prevención de enfermedades crónicas y en el que colaboran más de 90 investigadores. En el Simposio sobre PREDIMED de la Universidad de Navarra han participado unos 200 científicos procedentes de diferentes instituciones y universidades internacionales como la de Lund (Suecia), la de Harvard (Estados Unidos) o el Broad Institute de Massachusetts (Estados Unidos); y de centros españoles como la Universidad Rovira i Virgili, la Universidad de Barcelona o la Universidad de Valencia.
Fuente: Econoticias
http://www.ecoticias.com/alimentos/103522/dieta-mediterranea-igual-longevidad

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